viernes, 7 de diciembre de 2007
¡¡Moscas unidas jamas....!! (Por la mosca escarlata)
Mi abuelo dijo a mi padre, que dijese a sus hijos, para que estos le dijesen a los propios (¡Diantre, que cantidad de dimes y diretes!) que nos cuidásemos de las moscas foráneas.
Reconozco ahora, recién ahora, lo que quería decir mi sucio y querido abuelo -quién terminó sus días atrapado en papel pegante- con eso de “moscas foráneas” y el peligro que revestían para nuestro entorno.
Visualicé aquello al encontrarme cara a cara con una clase extraña de individuo, mientras iba de basura en basura.
El “Joaco”, un amigo de correrías que conocí a la entrada del desagüe norte de la ciudad, me advirtió de la presencia de estos “bichos” (sí, “bichos” ya que no le encuentro parecido alguno a lo que nosotras las citadinas cotidianas somos) y que, extrañamente, sin aviso previo se estaban tomando gran parte de la ciudad.

- No te vayas a meter con esas, me dijo, mira que son amigas de importantes personajes…

- ¡Ja!, fue lo único que atiné a decir, ya que no encontraba razón para que algún humano pudiera estar protegiendo a semejantes invasoras.

- No te rías, te estoy hablando en serio… a ellas las trajo un tipo con semblante importante, además ellas no hablan nuestro idioma, así que no se comunican con nosotras.

- ¿Y de donde vienen?, pregunté

- Por lo que averigüé con una cigarra amiga, ellas son nativas de otro continente, se les llama “tse-tse”, o como se les conoce comúnmente “moscas del sueño”…

- ¿Cómo pueden llamarles así?

- No sé, pero así les llaman… concluyó el “Joaco”

En aquel momento aquella conversación me pareció hasta ridícula, pero con el pasar de los días y observando, el deambular cotidiano de las personas, fui notando que las cosas estaban como estaban quizás debido a estas extrañas visitas foráneas. Así me pareció, porque no encontraba otra razón, para explicar ese hálito de desdeño, esa actitud pusilánime de los habitantes de la ciudad, ese dormitar constante de las personas, de ver porque se tiene ojos pero olvidar el observar, atender, comprender, asimilar… Tal vez era cierto… ¡No! ¡Definitivamente era cierto!, esas cuasi invasoras, venidos de lejano, eran la única explicación posible del aletargamiento general de los seres humanos. Entonces por eso le llamaban “mosca del sueño”, por el poder infinito que poseían para inyectar aquel fluido, que debía atrofiar mentes, almas, conciencias y corazones. Dejando a los individuos desnudos de ellos mismos. Privándoles de la fundamental razón, llevándoles por las calles como acto reflejo del desplazarse; que lo obvio quede oculto.

Fue entonces, cuando me di cuenta de aquello, cuando decidí hacer esto, comunicar, para que otras moscas vean, el daño que las “tse-tse” causan día a día en nuestro entorno. Para que otras compañeras se unan en esta cruzada, la de erradicar a las foráneas; para eso solo la unión nos sirve, el reunirnos, el darles pelea.
No sé si ellas se enterarán de esta declamación, desconozco si son violentas o no, prefiero no esperar a saberlo, así que mientras tanto, antes de realizar un nuevo comentario, solo agregaré:

… ¡¡ Moscas unidas jamás serán vencidas…!!
 
posted by Alejandro Astorga at 22:23 | Permalink | 0 comments